sábado, 17 de julio de 2010

Historia de la Inmunología

Los antecedentes de la inmunología se remontan a la antigüedad. En China se utilizaba materias desecado de las vesículas de enfermos con viruela pera inoculárselo a personas sanas y conferirles inmunidad a dicha enfermedad. Este método denominado variolización, constituye el primer intento de aumentar las defensas frente a una infección poniéndose en contacto con material procedente de una persona enferma.


En 1796 Edward Jenner observó que los ordeñadores que habían padecido la viruela delas vacas no padecían después la viruela humana, este investigador y médico introduce la inmunización contra la viruela humana comenzando la etapa experimental y científica de la inmunología


En 1880 el celebre científico Louis Pasteur descubre el fenómeno de la atenuación bacteriana y lo utiliza en la inmunización frente a algunas enfermedades infecciosas como la rabia y el carbunco. Introduce por primera vez él término vacunación en honor a Jenner.


Al estudiar in vitro lo que les ocurría a las bacterias expuestas a leucocitos o al suero Elie Metchnikoff en 1882 reconoce el significado de la fagocitosis en tejidos animales enunciando la teoría de la inmunidad celular.


El descubrimiento de la capacidad antimicrobiana de ciertas sustancias presentes en el suero llevó en 1890 a E Behrin y S Kitasato al desarrollo de la “Teoría de la inmunidad humoral”. Tras anos de enconadas luchas entre los partidarios de ambas teorías la reconciliación entre ambas vino al demostrarse que la opsonización facilitaba la fagocitosis. A partir de estos estudios se estableció que el alto gado de especificidad inmunológica que se producía tras la inmunización se debía fundamentalmente a la formación de anticuerpos específicos, que en hospedador infectado neutralizan las toxinas producidas por los microorganismos y harían a los microorganismos más sensibles a la fagocitosis. Como resultado de esto, la inmunidad específica se estudió fundamentalmente en términos de la formación de anticuerpos, y la terapia y la profilaxis de las enfermedades infecciosas se concebía como la administración al hospedador de anticuerpos específicos para el microorganismo infectante (sueroterapia ) o una inmunización diseñada a inducir la formación de esos anticuerpos por el propio hospedador.


En las primeras décadas del siglo XX, comienza el estudio de la naturaleza de los anticuerpos y de las sustancias denominadas antígenos, que inducían su producción. También se estudian las características que determinan la antigenicidad, estableciéndose que el tamaño, la naturaleza bioquímica y el carácter extraño de la molécula eran factores importantes, desarrollándose la inmunoquímica. Uno de los puntos de mayor especulación fue el del modo de formación de los anticuerpos tras la inyección del antígeno.


Ehrlish en 1897 había sugerido que los antígenos se combinaban con receptores presentes en la superficie de las células tisulares y Jerne propuso que la especificidad de los anticuerpos estaba formada antes de la unión con el antígeno.


Los trabajos de Talmage que demostraron que las células que sintetizaban a los anticuerpos transportaban los receptores para el antígeno, dieron lugar a que Burnet propusiese la “Teoría de la selección clonar”.


A pesar de la cantidad de investigaciones enfocadas al estudio de los anticuerpos y su rol en las reacciones inmunológicas, algunos trabajos se realizaron sobre las células que sintetizan los anticuerpos demostrándose el papel de las células plasmáticas y los linfocitos en la producción de gamma globulinas, como efectores de la respuesta humoral.


También fue puesto de manifiesto el reconocimiento de los órganos inmunitarios, señalando Good y Miller en 1960 el papel fundamental del Timo en la respuesta inmune.


Aunque se creía que la función fundamental del sistema inmunitario era la defensa contra los microorganismos del ambiente, también se empezó a pensar que el sistema inmune podría desempeñar otras importantes funciones, sobre todo relacionadas con la eliminación de células tumorales. Los trabajos sobre los transplantes llevaron a profundizar el estudio acerca de la tolerancia inmunológica y al descubrimiento de los antígenos de histocompatibilidad. La presencia de estos antígenos sobre los leucocitos hizo posible la tipificación mediante histocompatibilidad, creándose centros internacionales para la tipificación de la histocompatibilidad humana.


Los conocimientos en el campo de la inmunología han tenido hasta el momento grandes aplicaciones prácticas. El descubrimiento en 1896 de la aglutinación fue utilizado rápidamente por los bacteriólogos para el diagnostico microbiológico, iniciando el desarrollo de la serología. La gran revolución dentro de las pruebas serológicas, ha sido la aplicación de técnicas que incluyen un sistema indicador de la reacción antígeno-anticuerpo, como la inmunofluorescencia, las técnicas inmunoenzimáticas y el radioinmunoensayo.


Otros de los campos de gran utilidad práctica es el desarrollo de Vacunas que permitan disminuir las incidencias que presentan ciertas enfermedades infecciosas y si es posible llegar a su total erradicación, este campo se encuentra muy desarrollado en la actualidad siendo obligado mencionar la obtención en 1954 por Salk y posterior mejoramiento por parte de Sabin, de una vacuna inactivada dela Poliomielitis que fue muy efectiva en la lucha contra dicha enfermedad, disminuyendo considerablemente su incidencia a nivel mundial


En los años 1977 y 1982 son dos momentos importantes en este campo; en octubre del 77 se notificó el último caso de infección natural por el virus de la viruela, siendo la primera enfermedad infecciosa erradicada totalmente producto de una campaña internacional de vacunación organizada por la OMS en 1967. En 1982 se consigue la síntesis del antígeno HBs por Saccharomyces cerevisiae abriendo la posibilidad al desarrollo de la primera vacuna contra la hepatitis B obtenida por ingeniería genética.


Otras de las grandes aplicaciones prácticas de la inmunología fue el descubrimiento y desarrollo por parte de Kohler y Milstein en 1975 de los anticuerpos monoclonales revolucionando el diagnostico y tratamiento de las enfermedades infecciosas y tumorales.






1 comentario:

  1. Buen paseo histórico, que fundamenta magistralmente el uso del veneno de la abeja en terapias de sanación.

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